De acuerdo con la Pedagogía Salesiana, las competencias requeridas al educador del
nuevo milenio son:
- Capacidad para una confrontación abierta, inteligente y propositiva con nuevos
fenómenos, con apertura a comprender las tendencias culturales, intentando el
anuncio en el corazón de la vida, interpretando nuevos lenguajes y códigos de
significado.
- Poseer una identidad de creyente, una solidez espiritual y una aptitud para el
diálogo con los otros en clima de libertad Lo cual exige que la fe y las razones de
la esperanza sean comprendidas y vividas con fundamento y transparencia.
- Optar por el aprendizaje cooperativo como metodología de la enseñanza que
equilibra el aspecto de la educación de los contenidos con las exigencias de la
formación para la interacción en el grupo implementando de este modo, una
racionalidad salesiana, discursiva y narrativa.
- Impulsar un aprendizaje desde el servicio. La síntesis práctica, entre los valores
cristianos y civiles, que se experimenta en proyectos y actividades de servicio o
voluntariado, que se convierten en motor del aprendizaje.
- Formar a los educandos mediante la didáctica de la educación del carácter, o de
las virtudes o de los valores, en clave católica cuyo potencial es educar a la
ciudadanía, retomando algunas intuiciones educativas de Don Bosco, incluidas
en el ideal del honesto ciudadano, y presentarla según una perspectiva más
reciente, que denoten algunos rasgos típicos salesianos una pedagogía del
ambiente comunitario que encarna una tradición, el aprendizaje experiencial
que hace interactuar de manera complementaria la dimensión moral, una
pedagogía narrativa que tiene potencialidades incluyendo los nuevos nativos
digitales.
- Dar cuenta de una propuesta de pedagogía diferenciada, que implica
necesariamente un acompañamiento personal Las diversas didácticas, más o
menos innovadoras no son metodologías que funcionan automáticamente, dan
ideas, estimulan, abren horizontes, pero una interiorización en la vida de las
personas se da en el contexto de una relación educativa que debe tener tiempos
y espacios dedicados a la persona del educando. El principio de la atención a la
persona es una característica fundamental del Sistema Preventivo.